Emprender, no nos cansaremos de decirlo, no es fácil. Es una aventura apasionante en la que muchas veces el corazón pesa más que la razón. Para corroborar que los inicios nunca son fáciles, te proponemos la historia de 10 emprendedores y emprendedoras que empezaron sin nada y desde abajo y consiguieron hacer realidad su sueño emprendedor.
Ingvar Kamprad
El fundador de IKEA inició su empresa a los 17 años, dedicándose en sus principios a la venda de pequeños artículos como cajas de cerillas que entregaba a domicilio con su bicicleta. Ya con las cerillas se dio cuenta del negocio que más tarde podía explotar con los muebles: comprar cerillas muy baratas al por mayor y venderlas con un margen de beneficios individualmente. Cinco años más tarde empezó a vender muebles y en 1951 edita su primer catálogo. Su éxito fue tal que el gremio de vendedores de muebles en Suecia presionó a los fabricantes para que no le suministraran productos, por lo que Kamprad decidió empezar a diseñar y fabricar él mismo sus propios productos.
Steve Jobs
Si hablamos de emprendedores que empezaron su empresa en un garaje, no podíamos obviar el más famoso de todos. Steve Jobs y Steve Wozniak empezaron en el garaje de los padres de Jobs a confeccionar y diseñar los primeros ordenadores. Los 100 primeros modelos de Apple I fueronencargados por un minorista de la zona y nueve meses más tarde, tras el éxito de este primer ordenador personal, Apple se trasladó a las oficinas en Cupertino. Lo demás, ya es de sobras conocido. Por cierto, ¿sabías que el garaje de Steve Jobs ha sido declarado patrimonio histrórico de la ciudad de Los Altos?
King C. Gillette
Con 40, King Gillette era un simple comercial de tapones para botellas, eso sí, con la idea de ser recordado por la posteridad. Le costó lo suyo, porque cuando Gillette pensó en un artilugio para afeitar que tuviera un mango y una cuchilla desechable (tras su mala experiencia a la hora de afilar su antigua cuchilla) tardó 6 años en patentarla. Además, el primer años de comercialización fue realmente decepcionante: vendió 51 maquinillas y 168 cuchillas desechables. Pero perseveró y probando todas las estrategias de marketing habidas y por haber y con una política de precios bajos, vendió más de 90.000 maquinillas el año siguiente y 10 años más tarde, los 70 millones de unidades en todo el mundo.
Jeff Bezos
La historia del fundador de Amazon tiene, ciertamente, un punto de emprendedor que empezó sin nada, aunque sobretodo, mucho atrevimiento. Tras graduarse en Princeton, Bezos empezó a trabajar en Wall Street llegando a convertirse en el vicepresidente senior más joven de la firma de inversiones DEShaw. Dejó la seguridad de un empleo bien remunerado y estable por empezar su propia empresa. Lo dejó todo atrás y en el garaje de su casa empezó a construir la que ahora es la empresa más importante de comercio digital del mundo.
Rosalía Mera
La historia de Rosalía Mera irá siempre ligada al que fuera su marido, Amancio Ortega, pero quizás debemos preguntarnos si la historia de Amancio Ortega no debe ir ligada a la de Rosalía Mera. Porque fueron sus puntadas las que ayudaron a crear el imperio Inditex: a los 13 años dejó los estudios y a los 15 empezó a trabajar en una tienda de moda en A Coruña. El dependiente que la atendió fue, por cierto, Amancio Ortega. De su relación personal nació la emprededora: empezaron en el piso de su cuñada como una fabrica y comercializadora de batas de boatiné. El carácter emprendedor de ambos les llevo a diversificar su negocio textil y en 1975 abrieron su primer Zara, una revolución para el consumo femenino de ropa.
Ram Bhavnani
Un banquero emprendedor, indioespañol y millonario que aún mantiene su puesto como tendero en un bazar en Tenerife. Este es el particular perfil de Ram Bhavnani, Huyendo de las matanzas entre musulmanes e hindúes en la Pakistán, Bhavnani terminó cerca de Bombay y a los 17 empezó a trabajar en un bazar de Hong Kong. Abriónuevos establecimientos y en una compra de partida de ropa a un comerciante de Ceuta, el Banco Popular le adelantó las letras por valor de 20 millones. Bhavnani apostó y metió todo el dinero en acciones del Popular. Luego paso a formar parte del consejo del Banco Zaragozano y el Bankinter, pero aquello fue el inicio de su patrimonio y la explosión para su holding, Casa Kishoo.
Carlos Slim
Es uno de los hispanos más ricos del mundo (sino el que más) pero su historia también esconde unos inicios difíciles. Su padre fue un cristiano maronita que emigró del Líbano a México donde montó una tienda de téxtiles. Slim era un empresario común, que supo aprovechar la crisis de su país para invertir en el país, en un momento de fuga de capitales. Dijo que esta etapa le recordó por lo que pasó su padre, cuando en 1914 y en plena Revolución Mexicana le compró a su hermano mayor la mitad de su negocio, apostando en el destino de México. Si empezar desde cerodifícil, pues, hacerlo cuando es el país quien empieza desde abajo, más aun.
Tere Cazola
De Mérida al mundo. Tere Cazola ha conseguido que su empresa, aunque sobretodo, sus dulces, sean un referente en el sureste mexicano. Es considerada una de las mujeres empresarias líderes en su sector y en su país, y esto que empezó, como ella misma dice, “con mi licuadora y mi horno”. Empezó hace 26 años en la cocina de su casa para ganar un dinero extra a final de mes, y tras los primeros pedidos para familiares y amigos, ahora su empresa cuenta con 28 sucursales propias y emplea más de 150 trabajadores.
Alex Torrenegra
Nos encanta la historia de Alex Torrenegra (a quien ya incluimos en nuestra lista de los emprendedores que maracron tendencia). Dice que ya a los 4 años quedó obsesionado por los ordenadores y de esta pasión, sus primeros negocios. Con 17 ya contrató su primer empleado. Por motivos de seguridad, su familia se trasladó a Estados Unidos y él trabajó con lo que seguro muchos emprendedores están familiarizados: empezó en un McDonalds haciendo hamburguesas y en un Starbucks preparando cafés. En Estados Unidos inició su negocio en casa, Torrenegra Labs, un proyecto que ha permitido gestar una auténtica telaraña emprendedora.
Felicitas Garces
Emprender no tiene edad y si no que se lo pregunten a Felicitas Garcés que acaba de abrir su séptima tienda de ropa… con 92 años. Felicitas Garcés empezó cosiendo uniformes para el ejército cuando solo tenía 13 años. Esta pasión para la costura le animó a abrir con su marido una camisería para hombres. El negocio, pero, estaba en la ropa femenina, y se involucraron en el mercado de blusas, abrigos de mujer y trajes de chaqueta. Ahí nació la marca Felgar, y Felicitas, a pesar de la edad, mantiene su pasión por su proyecto.
Esta es la historia de 10 grandes emprendedores que empezaron desde abajo y ellos mismos se construyeron su propio proyecto.
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